EL ARADO
José Diez
Para la poesía
no soy mas que un simple
campesino,
que trabaja las palabras
en la vasta tierra natural
de este oficio.
El arado se expresa
en la escritura,
como el agua
en elemento creador.
Durante la faena
recojo las semillas,
que al arrojarlas,
se esparcen bajo el Sol.
La cosecha ha terminado.
Los frutos nacerán día a día.
Y para completar este trabajo
lleno mi vaso en vino para
rendirme ante la belleza
de la noble inspiración.
La poesía por ser sagrada
es divina.
PRIVILEGIO
José Diez
Tu cuerpo es una ciudad que goza
de edificios tan modernos, que yo
transito por sus calles y avenidas
a cualquier hora del día
o de la noche.
No puedo encontrar una lámpara
que alumbre tus recintos más
oscuros, o que disipe las tinieblas
de tu instinto.
Entonces, elijo la calle
más ancha por donde emerge
tu ansiedad, los impensables
abismos que me afligen.
Y me precipito como una estrella
que maldices, la que ves caer
lentamente a lo largo de tus
mórbidos y sensuales dominios.