De mediados de los ochenta, recordando los viejos poemas
Pequeña oración para soportar los días hoscos y los demás días
soy el hombre entristecido por las espadas del asombro
con la apretada dentadura, el pie encallecido, la casa
abierta
y los arbustos del amor tirados a merced del viento
soy un hombre nacido en un país triste que labra sus
tristezas
con espigas, caricias brutales y patadas del destino
porque así nos ha tocado vivir entre piedras y crímenes
soy un hombre entristecido por ser yo mismo
mirando el vaivén de mis preguntas
de mi nada de palabras
y mi todo que enmudece
para no traer mas sombras por las calles
como si en ello mismo hubiera
un secreto amor por el mundo
pero a veces se canta y uno vuelve desde lejos cabalgando
hay frutas frescas y cuerpos jóvenes en la alforja
mientras las sombras se despiden atentamente de la reunión
de los vecinos
pero a veces este país está feliz y ruge de árboles y rostros
milenario y fértil de silencios comúnmente entendidos
es tiempo entonces de recordar las cosas mas importantes
porque la esperanza es lo último que se pierde
las habas, los manantiales,
y los obscenos gritos que la noche exige